jueves, 26 de julio de 2012

LOS RENGLONES DE LA MEMORIA 4ª PARTE

24 de junio


Hoy ha venido mi prima Pura a visitarnos. Estaba contenta porque esta noche el Serafín le ha puesto la "enramada" en la ventana, con unas cuantas flores y hojas de laurel y entremedias una tarjetita diciendo que la quiere. Ella ya se sospechaba algo, pues en el baile del último domingo, la dijo que si quería bailar con ella todas las piezas, y ella le dijo que le daba igual, que para bailar con otro, bailaba con él, pero en el fondo estaba deseando. Y así pasaron toda la noche entre pasodobles, mazurcas y malagueñas, sin que mi tía los quitara la vista de encima.

Mi prima Pura es como si fuera mi hermana mayor, me lo cuenta todo, aunque ella tenga quince años y yo diez. Dice que algún día se casará y tendrá hijos, y que se irá a vivir lejos, muy lejos, a la capital. Ahora está colocada en casa de doña Victoria, la madre del médico. La hace compañía y la ayuda, la acompaña a misa y a las novenas.


El médico tiene un huerto muy grande, y en época de las rosas, Pura tiene que sacar el agua del pozo con unos arcabuces, dando vueltas a una manivela.


3 de julio
Hace días que no escribo un solo renglón, estoy muy atareada. Mi madre se va a segar con mi padre antes de que salga el sol, porque la siega la hacen ellos dos, no tienen dinero para pagar a alguien que les ayude, y mi hermano Francisco, a regar la huerta y a recoger los tomates en espuertas.
Y claro, yo me quedo al cuidado de la casa, a barrer, a fregar, a llenar los cántaros de agua, a cuidar a mis hermanos pequeños, a preparar el puchero...

Hace tiempo que no puedo salir a jugar y por la noche caigo rendida. No me da tiempo a rezar cuando ya estoy durmiendo.

5 de julio
Las faenas y los trajines no me dejan parar. Por si fuera poco lo que ya hacía, ahora también me toca ir a regar la huerta, mientras Francisco vende por el pueblo lo que recogemos.

No tengo con quien dejar a los peuqeños. Mi abuela, que vive al lado no puede quedárselos, está en la cama con dolores, asi que no tengo más remedio que llevarlos conmigo. Los ato a un arbolito a la sombra y allí están los pobrecitos que ni se mueven. Les meto miedo con " el hombre del saco" o "el lobo", para que no les de la mala idea de irse por ahí, y a menudo voy a verlos para espantarlos las moscas y darles agua del botijo.
¡Toda la mañana la paso penando por ellos!



9 de julio
Con tanto trabajo he descuidado un poco las lecciones. Llevo casi una semana sin ir a casa del carpintero. Mi madre me ha mandado que le lleve una docena de huevos y un pollo, en pago a sus clases, y él me ha puesto algo de tarea para que la vaya haciendo en casa mientras pueda y me ha dicho, que cuando lo tenga todo terminado, que vaya a verle.

Por las noches, un ratito antes de irme a acostar, es el momento del día que más disfruto. Me salgo a la puerta de la calle con un serijillo y me pongo a ver las estrellas y tomar el fresco. Los vecinos de alrededor también se salen con las sillas y una aprende muchas cosas que no están en los libros. Si la luna tiene cerco es que va a cambiar el tiempo, si la noche es muy estrellada es que va a hecer mucho calor, si la puesta de sol es rojiza, al día siguiente hará viento...

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DÍA DEL DOCENTE

Celebramos el Día Mundial del Docente en  EL BAÚL DE RITA . Pásate a verlo.