jueves, 30 de agosto de 2012

LOS RENGLONES DE LA MEMORIA 14ª PARTE

7 de abril
Llevo muchos días sin escribir en este cuaderno porque he estado enferma, en la cama, con una fiebre muy alta y sin ganas de comer. Mi madre fue a visitar a la señora Jacinta y me mandó infusión de eucalipto y una cataplasma en el pecho.¡Qué mala he estado!¡Ni ganas de comer tenía! Gracias a Dios que ya se pasó, aunque me he quedado muy estropeada.
Mi amiga Mercedes ha venido a verme casi todos los días, y aunque yo no tenía ganas de ver a nadie, ella se quedaba siempre haciéndome un ratito de compañía. También Adela ha venido, pero menos.
En cuanto salí a la calle por primera vez, fuí a casa de la maestra ( no se me olvidó lo que me dijo en el camino del Molino Viejo). Estaba sola, sentada en la mesa-camilla corrigiendo cuadernos. Me recibió con una sonrisa y me invitó a sentarme con ella. Tenía algunos libros en una estantería y me permitió escoger el que quisiera. Me contó que había pedido traslado para su tierra, que es Asturias, porque allí tiene a sus padres y hermanos, y aquí está siempre sola. Luego me pidió que fuera a visitarla siempre que quisiera y que la llevase los trabajos que hacía de escritura y cálculo, para ver mis progresos, y que la preguntase todo lo que quisiera, porque no fuera a pensar que al haber dejado la escuela ya no podía seguir aprendiendo, que ella me ayudaría en lo que necesitase.
Salí de allí bien contenta y con un par de libros de poesía debajo del brazo.

11 de abril
Así, entre unas cosas y otras, hemos llegado a Semana Santa. Los santos están tapados con trapos morados y ya no habrá misa hasta el domingo. No se oye a nadie cantar ni reír, nadie toca música, incluso el Chepa ha cerrado la taberna y los hombres no pueden beber vino ni jugar a las cartas. Es una semana un poco triste y aburrida, dedicada al ayuno y la penitencia. Lo único bueno son las torrijas y la procesión que sale el Viernes Santo, con el Cristo de la Misericordia.
A mí eso de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor me da mucha pena. El señor cura dice que hay que rezar mucho para que se nos perdonen los pecados, y yo le obedezco todas las noches y algunas veces durante el día también. No quiero caer en las garras del demonio, ni que Dios me castigue por no cumplir sus mandamientos, mandándome al infierno cuando muera, que debe ser el sitio más espantoso del mundo.

20 de abril
Abril está siendo un mes lluvioso. Creo que no ha pasado un solo día en el que no haya llovido por lo menos un poco, y eso que por estas tierras se pasan los meses sin caer una gota de agua. Los labradores andan siempre mirando el cielo, siempre con la preocupación de que las lluvias lleguen a tiempo, y de que, cuando lo haga, sea en su justa medida.
En este mes y el que viene es muy de temer el pedrisco que traen las tormentas. Hace tres días hubo una tremenda. Con unas culebrillas y unos truenos que parecía que el cielo se rajaba. Mi madre encendió velas y se puso a rezar a Santa Bárbara, y algunos vecinos echaron sal por las calles. Menos mal que no ocasionó demasiados destrozos en las cosechas.



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DÍA DEL DOCENTE

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