domingo, 2 de septiembre de 2012

LOS RENGLONES DE LA MEMORIA 15ª PARTE

25 de abril
Es el cumpleaños de mi padre y también el de mi hermano Marquitos. Hemos comido conejo al ajillo y el domingo que viene se hace la romería de la Virgen de Mayo, cogemos los carros y nos vamos al monte, cerca de la ermita, allí comemos hornazo y gazpacho.

1 de mayo
Adela comió tanto hornazo el día de la romería que se ha puesto mala con dolor de barriga y fiebre. Lleva dos días tomando solo agua de limón. He ido a verla y estaba en la cama. Me gusta ir a su casa porque tiene un baúl viejo lleno de trastos y ropas antiguas. Además hay también un tinajón para las aceitunas, guindillas puestas a secar y ristras de ajos colgando, y el suelo siempre está recién fregado. Al principio no tenía ganas de hablar, pero luego se me ocurrió abrir el baúl y sacar un sombrero negro, muy grande. Me lo puse y las dos nos partimos de risa.
Mi prima Pura ha venido para que le lea una carta del Serafín. La dice que está bien, que se acuerda mucho de ella, que espera que pronto le puedan dar un permiso y que se muere de amor, que es la niña de sus ojos...y más tonterías de enamorados ¡Si mi tía se llega a enterar de todo eso! Menos mal que no hay cuidado porque no sabe leer.

10 de mayo
Mis padres están estudiando la posibilidad de mandarme a servir a casa de don Venancio, el dueño de la finca donde trabaja mi padre. Es uno de los pocos ricos que hay en el pueblo, junto con el señor alcalde. Tiene una hija más o menos de mi edad, que está enferma, en una silla de ruedas porque no tiene fuerza en las piernas, y quisiera que le haga compañía y que ayude en la casa. A cambio recibiría un sueldo fijo de tres pesetas todos los meses.
Mi madre es un poco reacia porque si me voy tendrá ella que cargar con todo el trabajo, sin embargo mi padre dice que está todo decidido y que no hay nada qué pensar.
A mí personalmente, no me importa el trabajo, pero me asusta mucho esa nueva situación. Nunca he estado apartada de mis padres y hermanos.

15 de mayo
He vuelto a casa de la maestra a devolverle los libros y le he comentado las intenciones de mis padres. Desde que me enteré  no he podido dormir una sola noche tranquila. Ella opina que no es mala idea, porque allí, seguramente tendré más oportunidades para aprender que si me quedo en casa. Y la verdad es que, mirándolo por ese lado tiene razón, pero no se, no se, me da mucha pena dejar mi casa ¡Qué voy a hacer yo lejos de mi madre y en medio de gentes extrañas? Tengo miedo



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DÍA DEL DOCENTE

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