domingo, 16 de diciembre de 2012

LA FELICITACIÓN DEL REY MELCHOR




¡Una vez más la Navidad está aquí! ¡Una vez más tendré que ponerme a trabajar para llevar un poquito de ilusión a los niños de este maltrecho planeta que llaman Tierra! Ya me siento un poco mayor, mis cabellos se han cubierto de canas y siento que las energías no son las mismas. ¡Ah, necesito una jubilación! Pero hoy por hoy no hay nadie que me sustituya, de modo que mientras no aparezca alguien más joven y brioso, tendré que seguir al pié del cañón.

¡Ah, cuántos recuerdos me traen estos villancicos que suenan ya por todos lados!
Las navidades van cambiando con los años, lo mismo que nuestras maquinarias. Recuerdo que hace 40 o 50 años no llegaban hasta el día de la lotería, 21 o 22 de diciembre, sin embargo los preparativos empezaban mucho antes. Las tiendas se llenaban de figuritas, de espumillón y bolitas de colores para hacer los belenes. Muchas veces ví a los niños acercarse a los campos o lugares sombríos de las ciudades para coger musgo y tierra. El río lo hacían con papel de plata y la nieve con un poquito de harina esparcida. Las figuritas se ponían con mucho esmero y se cuidaba hasta el más mínimo detalle. El Belén ocupaba un lugar destacado en los humildes comedores de las casas.

 Era costumbre visitar a los amigos para felicitarles las fiestas y se les sacaban unos bollitos de aceite y una copita de anís, después se les invitaba a ver el Belén. ¡Uy, los bollitos, estaban deliciosos! Las mujeres los hacían en los hornos especiales de las panaderías. Los días previos a la Navidad se llenaban de madres de familia que querían tener sus dulces hechos a tiempo para la Nochebuena. Cuando repartíamos los juguetes ¡yo me ponía las botas! Soy el más goloso de los tres.
¿Pero qué es esto que veo por aquí? ¡Una felicitación de Navidad!














Hoy ya casi no se utilizan, con Internet se han ido perdiendo estas cosas, pero a mí me gustaba más antes, cuando se mandaban felicitaciones de puño y letra, a través del correo ordinario, con un sello que se compraba en el estanco. ¡Lo que ha cambiado todo! Menos mal que los niños aún nos siguen mandando las cartas escritas por ellos mismos...Aunque me temo que eso, con el tiempo, también se perderá. Como está ocurriendo con el aguinaldo
¿Os acordáis todos los que tenéis de 40 o 50 para arriba cuando salíais a pedir el aguinaldo por las casas? jajajaja....Quedábais en grupitos con los amigos y recorríais el vecindario con la pandereta y la zambomba. Cuando en alguna puerta os daban unas monedas las gastábais en caramelos y chicles que eran las únicas chucherías de entonces. ¡Menuda juerga!
Pero el aguinaldo no solo lo recibían los niños, también los empleados públicos ( servicios de limpieza, mantenimientos...), los maestros, los trabajadores de fábricas, empleados domésticos...Era una buena costumbre
¡Uf, qué barbaridad! ¡Qué nostálgico me he puesto! Pero seguro que los maduritos que pasáis de los 40 también. Es verdad que los tiempos cambian, las personas y las circunstancias también. Nos ocurre hasta a los Reyes, si no , fijáos en estas canas ¿acaso creéis que las he tenido siempre? ¡Yo también fuí joven y apuesto! Pero lo importante, por muchos años que pasen, es que jamás se pierda el espíritu navideño de paz y solidaridad.


FELIZ NAVIDAD A TODOS
Y SED BUENOS PARA QUE EL DÍA DE REYES PODAMOS SER GENEROSOS
Vuestro siempre,
El Rey Melchor

DÍA DEL DOCENTE

Celebramos el Día Mundial del Docente en  EL BAÚL DE RITA . Pásate a verlo.