domingo, 24 de febrero de 2013

CÓMO MUERE LA CREATIVIDAD EN EL AULA













Ya sabemos todos lo importante que es la creatividad, no solo en nuestras aulas sino también en nuestra vida. Gracias a ella el ser humano ha podido avanzar y progresar, es algo que está presente en todo lo que hacemos mucho más de lo que imaginamos. Cuando desarrollamos nuestra propia creatividad, podemos transformar la realidad que nos rodea sintiéndonos a gusto y experimentar una sensación de satisfacción y realización personal. Por eso es tan importante que enseñemos a los niños a desarrollarla para su vida presente y futura.En esto todos estamos de acuerdo, pero muchas veces sin darnos cuenta y sin ser conscientes de ello,  ( por exceso de trabajo, de responsabilidades, de presiones externas...)  fallamos.
 Hay muchos artículos que nos dicen cómo podemos desarrollarla en clase, pero pocos los que hablan de los errores que cometemos.Y eso también es importante saberlo, para reconocerlos y hacer nuestras propias reflexiones. Os muestro aquí algunos de ellos, no para que nos sintamos culpables y veamos" lo mal que lo hacemos", sino para que a partir de aquí vayamos mejorando y aprendiendo.

  • Vigilar constantemente el trabajo del alumno. Los docentes tenemos la costumbre de estar muy encima del niño. Muchas veces he oido la frase " se lo damos todo masticado". Y es cierto. Pero así, con toda nuestra mejor intención, lo que hacemos es que no le dejamos libertad para que él solo construya su aprendizaje, que reflexione, que piense, que deduzca, y por supuesto que se equivoque y vuelva a empezar.Esta es también una buena lección que no viene en los libros.
  • Excesivas recompensas. Es cierto que al alumno hay que incentivarlo y ofrecerle los refuerzos positivos y las alabanzas que sean necesarias, pero sin pasarnos, pues , de lo contrario, se acostumbran a ello por cualquier pequeño logro y van perdiendo la motivación. Hay que ser comedidos en ésto.
  • Expectativas inadecuadas. Cada niño es un mundo diferente y no podemos medir a todos de la misma manera. Tendremos en clase alumnos que se sentirán felices con la resolución de problemas, en cambio a otros se les hará una tarea insoportable porque a ellos lo que les va es manejar la flauta. Como docentes tenemos que saber reconocer lo que puede dar cada niño y valorarlo en su justa medida,ayudándole en las dificultades y animándole a seguir y desarrollarse en aquello que se le da bien.
  • Avergonzar al alumno cuando comete errores. Lo hacemos sin querer, también somos humanos y perdemos la paciencia de vez en cuando, pero tenemos que hacer un esfuerzo por controlarnos
  • No aceptar las propuestas e iniciativas de nuestros niños para no perder el tiempo saliéndonos del programa. Hay que escucharles. Tenemos que aprender a no ser tan rígidos, a no seguir el programa que nos marca el libro al pie de la letra, a no querer llevar siempre el control exclusivo de nuestra clase.  Hay que dar cabida a todas estas iniciativas que pueden ser interesantes, y de las que el alumno, y también el profesor, pueden sacar un gran provecho. Tenemos que acercarnos a ellos en lugar de que ellos se acerquen a nosotros.
  • Diferenciar juego y trabajo. ¿Por qué el aprendizaje no puede ser divertido? ¿Por qué no se puede enfocar como un  juego? Jugar es el principal trabajo de los niños y lo que les sale mejor, por eso el estudio, el aprendizaje, la investigación... se puede hacer como un juego. Los resultados seguro que son mucho mejores
  • Fomentar la competencia. La competencia mata la motivación y también la creatividad. Cuando yo era niña el sistema educativo se basaba en eso y poco más. En el colegio, las profesoras hacían competiciones para ver quién era mejor, quién sacaba mejores notas...y los que no conseguían aprobar todo y estar en los primeros puestos eran tenidos a menos, por los compañeros y hasta por los mismos profesores, lo que aumentaba aún más su frustración. Afortunadamente eso ha ido desapareciendo, pero si todavía queda algún resto hay que eliminarlo cuanto antes. Yo, por ejemplo, hace mucho tiempo que eliminé en mi clase los concursos de cualquier tipo ( pintura, cuentos, trabajos creativos...) porque dependiendo del concurso que fuera siempre se llevaba el premio el mismo niño ( el que mejor dibujaba, el que mejor escribía...) y los otros pobres se quedaban sin nada. Es mejor valorar todos los trabajos y lo mejor que sabe hacer cada uno.
Bueno, estas son algunos de los errores más frecuentes. Ahora les podemos dar la vuelta y transformarlos en  positivos. Espero que os sirva para mejorar vuestras clases. Yo, que también " meto la pata" como todo el mundo, he empezado a reflexionar sobre mi práctica docente y a trabajar por el cambio.
 ¡¡¡BUENA SUERTE, COMPAÑEROS!!!

DÍA DEL DOCENTE

Celebramos el Día Mundial del Docente en  EL BAÚL DE RITA . Pásate a verlo.