sábado, 6 de julio de 2013

TIEMPOS DE CAMBIO. CAPITULO 1 ( continuación)

















( continuación)
Hasta la primavera del año antes mencionado ( mil cuatrocientos noventa y dos), la familia Leví de Toledo había vivido una existencia tranquila y sin sobresaltos. Como buenos hebreos, practicaban puntualmente todos y cada uno de los preceptos a los que les obligaba su religión, el Sabbat, la Pascua, la asistencia  a la sinagoga...No se les conocían enemigos, ni entre sus gentes ni entre los cristianos con los que siempre habían tenido relaciones cordiales.
No era Isaac persona a la que le gustara crear enemistades con nadie, prefería mantenerse franco y abierto con todo el mundo, y desoía las advertencias que algunos de sus vecinos le hacían con relación a los cristianos, y para demostrar que él no guardaba ningún recelo a nadie tomó como criados a una familia seguidora de Cristo, que le servía con gran discreción y fidelidad.
Llegaron a su puerta una mañana de febrero, en el más absoluto desamparo. El padre acababa de morir, y la madre había quedado viuda con dos hijos, uno de siete años y otro de uno. Isaac sintió tanta lástima que les dió cobijo a cambio de sus servicios, y gracias a él aquellos niños no volvieron a pasar hambre ni frío.
El más pequeño de los dos se llamaba Fernando y se convirtió, con el paso de los años en un mocete fuerte y robusto.Tenía la misma edad que Yosef y fueron compañeros inseparables de juegos desde la más tierna infancia. Con ellos también iba muchas veces, Elías, el hijo de Abraham Bueno, que era vecino de Isaac y se dedicaba al comercio de paños.
 Ni Abraham ni Isaac pusieron ningún impedimento para que sus hijos, judíos como ellos, compartieran juegos con un muchacho cristiano, siempre y cuando se respetaran las creencias de ambos. De ese modo los tres mocetes crecieron en un clima de total tolerancia y su amistad estuvo siempre por encima de todas las habladurías malintencionadas que circulaban por entonces. El tema religioso jamás salía en sus conversaciones, ni estaba nunca presente, cuando en las tardes de primavera subían al monte a gritar desde las piedras algún romance, o a reír a carcajada limpia abriendo los brazos para dejar que el viento frío azotase sus cuerpos. ¿Qué importancia podía tener en ese momento las creencias de cada uno? La gente se había acostumbrado a verlos corretear por las calles, y en las plazoletas, jugar a las tabas o a la peonza. Sólo de vez en cuando alguna vecina malhumorada salía por la ventana a regañarles por escandalosos y tirarles un cubo de agua para callar su alboroto.
Así de felices eran y así de despreocupados vivían, hasta que un atardecer, de camino a su casa, cerca ya de la Puerta de Montichel que daba entrada a la Judería,vieron al viejo curtidor de cueros, en la puerta de su taller,que muy enojado gritaba con un palo en la mano:
- ¡Al ladrón, al ladrón!
Sin darse tiempo para pensar nada, los tres muchachos corrieron al callejón donde indicaba el pobre hombre, pero al llegar allí a nadie encontraron y desilusionados volvieron sobre sus pasos.
El establecimiento de cueros había quedado seriamente dañado, la mercancía por el suelo, los cristales rotos y en la puerta una pintada con carbón que decía ." ¡Cerdo judío! ¡Arderás en el Infierno Eterno!". El propietario no dejaba de llevarse las manos a la cabeza y de maldecir a aquella cuadrilla de cristianos malditos que le habían arruinado el negocio.
 Los tres amigos quedaron pensativos.
Entonces Fernando trató de quitarle importancia al asunto:
- ¡No hagáis caso! ¡Estarían borrachos!
- Tienes razón, Fenando, marchemos a casa que la noche se acerca- concluyó Elías
Y los tres muchachos se despidieron
Yosef, sin embargo, no quedó tranquilo. La suposición de Fernando no le había convencido. Esa gente sabía bien lo que se hacía, y cada vez eran más frecuentes este tipo de atropellos en las inmediaciones de su barrio. Pero...¿ a qué venían esos insultos?  ¿ y qué de malo había en ser judío? Los judíos se ganaban la vida honradamente y no se metían con nadie ¿ a qué venía eso de llamarles cerdo?
Muchas fueron las preguntas que a partir de entonces se haría Yosef, y muy pocas las respuestas que podría encontrar.

DÍA DEL DOCENTE

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