En mi vida dedicada a la enseñanza he contactado con niños y niñas de todas las edades y condiciones. Algunos fueron alumnos brillantes, que terminaron sus estudios con unas buenas notas y empezaron sus carreras universitarias, en cambio otros, se quedaron a la mitad del camino, ni siquiera consiguieron terminar la enseñanza secundaria. Y curiosamente estos últimos que no sabían resolver un problema matemático de varias operaciones o escribir una redacción con un contenido aceptable, solían ser muy buenos trabajando con las manos, jugando con el balón o siendo líderes de un grupo.
Curso tras curso me preguntaba porqué ocurría esto, cuál era la causa de esa diferencia. Hasta que un año conocí a Jesús.
Jesús era un niño de ocho años, cariñoso, noble, bueno, íntegro, pero con un déficit de atención importante. Pese a su esfuerzo ( y los míos) porque siguiera la marcha del curso, fracasaba en muchas tareas escolares relacionadas con las áreas instrumentales ( lengua y matemáticas), en cambio era extremadamente imaginativo y habilidoso con el dibujo. Se consideraba la persona más feliz del mundo con una hoja en blanco y un lápiz para representar la película que pasaba por su cabeza. En este arte estaba por encima de la media.
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Me pregunté una y mil veces qué podía hacer. Busqué diferentes actividades y formas de motivación. Leí mucha biografía sobre estos temas, hasta que dí con la " inteligencia emocional " y ésta me llevó a las " inteligencias múltiples".
El tema me enganchó al momento porque ví en él una luz a todos mis interrogantes. Me empleé a fondo en mis investigaciones y saqué conclusiones que me gustaría compartir con otros docentes, que con toda seguridad habrán tenido montones de casos como el de Jesús.
Por eso hoy me decido a presentaros , poco a poco y en determinadas entradas; el resultado de todo mi trabajo, con la única finalidad de ayudar a otros compañeros docentes a preparar niños, no sólo para que sobrevivan en la sociedad que les toque estar, sino para que en ella puedan ser felices desarrollando lo que les gusta y para lo que están especialmente dotados, que triunfen en sus actividades y sepan manejar los problemas con soltura.
Que nadie se asuste al leer el término " inteligencias múltiples", porque quedaréis atrapados, como me ocurrió a mí. De forma cvlara, ordenada y sencilla iremos viendo lo que son, cuáles son sus bases y qué propuestas de actividades se pueden hacer en clase, todas ellas relacionadas con las competencias básicas de nuestro currículo.
Aprenderemos tanto niños como profesores, y juntos construiremos una escuela en la que se juegue, se ría, y en la que cada niño aprenda a ser feliz y desenvolverse en el mundo.
Los tiempos cambian, y la escuela del siglo XXI tiene que dar un enfoque distinto a la escuela tradicional y desarrollar las capacidades de cada uno, porque todas son importantes y todas son necesarias.La práctica de las inteligencias múltiples en nuestras clases nos puede ayudar a conseguirlo y caminar hacia una mayor calidad en la educación. ¿Os animáis a seguirme?
