Ya tenemos aquí las navidades y con ellas el derroche de regalos,
compras, salidas, fiestas...La sociedad de consumo nos arrastra y el verdadero
significado de la navidad se va perdiendo más cada año. Los niños son los más
vulnerables y los que peor parte llevan, pues les damos un pésimo ejemplo.
Ellos aprenden lo que ven, y lo aprenden rápidamente porque son como un libro
en blanco donde se puede escribir lo que se quiera.Las tiendas, la televisión,
la publicidad, los carteles...todo tiene el mismo fin, el de comprar. Por eso
no debemos extrañarnos cuando nuestros hijos nos digan " quiero, quiero,
quiero..." . Nosotros les contestamos "¿Pero no te cansas de
pedir?". Y no, no se cansan, porque les hemos dado de todo sin esfuerzo
alguno, y sin querer vamos alimentando eso que se llama "Ambición".
Aunque hay veces que no solo la responsabilidad es nuestra, en realidad el
consumismo nos envuelve a todos y nos arrastra aunque no queramos, y resulta
muy difícil navegar contra corriente. De todos modos hay que intentarlo y tomar
conciencia de este problema.
Hace años lo trabajé en clase. La "ambición" no siempre
es mala, tener ambiciones en la vida, querer conseguir metas que nos hagan ser
mejores es algo necesario para mejorarnos a nosotros mismos, pero cuando se
quieren las cosas a toda costa y sin tener en cuenta en precio que pagamos por
ellas, entonces llega el momento de ponerle freno.
Para trabajar este valor con los niños lo primero que hice
fue inventarme el personaje de la "Ambición" como si fuera de carne y
hueso.
EL PERSONAJE DE LA AMBICIÓN
La
ambición es un personaje, de color azul, con unas orejas y unos ojos muy grandes.Es
muy pequeñita pero puede crecer y crecer sin medida. Nos ayuda a conseguir todo
aquello que queremos o necesitamos. Puede ser buena amiga si la controlamos,
pero hay que tener cuidado con ella para que no nos pida cada vez más y más
cosas, olvidándonos de lo realmente importante.
CUENTO MOTIVADOR " QUIERO LA LUNA"
Había una vez un niño al que le gustaban mucho los
juguetes. Sus padres para verle contento le compraban todos los que se le
antojaban. El trenecito eléctrico, el robot que habla, el coche
teledirigido…todos, todos los tenía. Y sus amigos se morían de envidia porque
en el colegio y en el barrio no había nadie que tuviera tantas cosas como él.
Estaba tan acostumbrado a tener y tener que ya no sabía ni lo que pedir. Su
casa parecía el almacén de los Reyes
Magos en época de Navidad.
Como podéis imaginar la ambición se
había hecho la dueña y señora, hasta que un día…
Cuando el niño estaba aburrido y
harto porque no sabía con qué entretenerse, se le ocurrió una brillante idea:
- ¡Quiero la Luna !- dijo a sus
padres.
Éstos, al escucharle se quedaron
boquiabiertos.
-¿Cómo vamos a conseguir la Luna? -se
preguntó la madre- Es demasiado difícil.
-¡Tenemos que intentarlo!- respondió
el padre- Hay que conseguir que nuestro hijo sea feliz.
Y entre los dos construyeron una
escalera larga, larga, larga. De miles y miles de kilómetros, para que subiera
su querido hijo y pudiera llegar a la Luna.
El niño subió por ella, y trepó con
mucho esfuerzo día y noche, y cuando consiguió alcanzarla y comprobar que allí
no había nada, se sintió muy defraudado. Era solo una esfera blanca, muy
bonita, pero nada más.
Entonces miró hacia abajo. Vió lo lejos que se
habían quedado sus padres, sus familiares, sus amigos y todos los que le
querían. Y él, allá
arriba, en lo más
alto del cielo, rodeado de oscuridad, con la Luna entre las manos y
completamente solo, se dio cuenta de lo que más deseaba en el mundo, en
aquellos momentos, era estar con los que se habían quedado abajo y recibir su
cariño. Comprendió que lo que de verdad importa , por encima de todos los
juguetes y todas las cosas que se puedan comprar, es el calor de las personas.
Y sin pensarlo dos veces, con
decisión y firmeza, soltó el satélite blanco para que siguiera su camino, y
bajó presuroso las escaleras.
¡Nunca había deseado con tanta fuerza el abrazo de sus padres!
HABLAMOS SOBRE EL CUENTO
•Qué
le ocurría al protagonista del cuento?
•
¿Era feliz con todos sus juguetes?
•
¿Por qué quería la Luna?
•
¿Qué descubrió allí?
•
¿Qué cosas son las que quieres tú?
•
¿Necesitas todo lo que quieres?
•
¿Podemos querer, a veces, cosas que no sean buenas?
•
¿Qué te gustaría conseguir alguna vez?
•
¿Sabes qué es la ambición?
•
¿Es bueno o es malo ser ambicioso?
•
¿Cuándo se puede convertir la ambición en peligros?
QUÉ NOS ENSEÑA LA AMBICIÓN
Nos enseña a
esforzarnos y luchar por todo aquello que queremos, marcándonos metas que
podamos conseguir sin dañar a nadie, que nos hagan crecer como personas, sin
olvidarnos que lo importante es el cariño de los que nos rodean.
ACTIVIDADES PARA CASA O EL COLE
• Hacer
un dibujo de lo que más nos ha llamado la atención en el cuento.
•
Sentados en círculo, dialogamos en grupo sobre lo que nos gustaría tener en el
futuro.
•
Hacemos una encuesta entre los compañeros del colegio preguntando qué les
gustaría ser de mayores. Después sacamos conclusiones en clase.
•
Escribe por orden de preferencia cuáles son las cosas que deseas conseguir.
•
Márcate un objetivo que quieras alcanzar a final de curso. Decóralo con adornos
y letras bonitas. Ponlo en un lugar visible y en una hoja ve anotando cada día
lo que has hecho por conseguirlo.
•
Da muestras de cariño a todos los que te rodean, con palabras amables y de
respeto.
RECETA SABIA
Ser
ambicioso nos ayuda a conseguir lo que queremos, pero siempre hay que procurar,
que las personas sean lo primero.